31/3/16

Pigritia (I)

Cuatro son los vicios irascibles que, según Evagrio Póntico y otros, conforman la lista de pecados capitales, entre ellos, la pereza. A cada cual le corresponde una virtud a la par que un demonio; a la pereza, la diligencia, o "capacidad y esmero para ejecutar algo, cumplir con los compromisos y poner entusiasmo en las acciones que se realizan", pero también Belfegor "que tienta a los jóvenes a través de inventos ingeniosos y que, supuestamente, les proporcionarán riqueza". Dante la sitúa en la cuarta grada del Purgatorio, donde moran las almas de aquéllos que pecaron por descuido, en una de las secciones más cortas de su Divina Comedia, y en el quinto círculo del Infierno, que acoge a los iracundos que se despedazan a mordiscos.

Sea como fuere, en esto del periodismo también hay que contrarrestar los efectos de quienes fueron tocados de alguna forma con esos ocho vicios malvados de los que hablaba el monje iboriano. Y así, a la espera de conocer la predisposición de editoriales, autores, desarrolladores y gamers -inédita hasta la fecha- para dar cuenta de sus creaciones y lanzamientos, iniciamos nuestra particular crítica sobre dos novedades que ya anunciábamos en nuestro canal de Youtube. La primera, que puede consultarse aquí, se refiere al juego Noches de Sangre, sobre el que no vamos a extendernos en el presente artículo.

Julio Olivares y Enara de la Peña conversan juntos en el Café Jaén.
La segunda, publicada el pasado mes de enero y presentada un mes después en el Café Jaén, se trata de Amapola de Sangre (Escarlata Ediciones), primera novela de la donostiarra Enara de la Peña. Nacida en San Sebastián, su vocación por las letras ha transcendido a la ficción, además de haber participado en distintas antologías de relatos y de ser una de las fundadoras del grupo literario Novelados. En palabras de su autora, Amapola de Sangre "no es la historia sobre Ariadna en su época universitaria, sino lo que ocurre después de licenciarse, cuando viaja a San Sebastián y descubre un nuevo mundo sobrenatural donde la verdad finalmente es revelada". El profesor Julio Olivares Merino, a quien recordaréis por su intervención en la II Semana Gótica de Madrid con aquello de la heredad y el Nosferatu no proyectado, y encargado de presentar el libro, consideraba ya  "el prólogo como un señuelo para atraer a la lectura", clara estrategia de márketing para introducirnos en una historia que no convence -al menos a priori-, y cuyas primeras páginas pueden consultarse desde la web de la editorial. Muchos coinciden en que no han podido conectar con el personaje de Ariadna, imbuidos quizá por la nueva literatura para adolescentes que abandera Stephenie Meyer, a pesar de que, por su contenido, se trata de una novela con alto contenido erótico y de que Julio Olivares dejara clara su postura -compartida- acerca de esta nueva y "deleznable contextualización postmoderna del vampiro". 

Portada de Nuestros vampiros. Nosotros.
La norteamericana Nina Auerbach, co-editora de una de las mejores ediciones comentadas del Drácula de Stoker, en su ensayo Our vampires, ourselves (1995), "instaura la idea de que el vampiro es un ente más que vive entre nosotros y da pie al discurso que nos proponen sagas como Crepúsculo o la serie True Blood: justamente en este contexto aparece el libro de Enara de la Peña". Es en esta aproximación crítica al vampirismo de Auerbach donde puede leerse que "todos conocemos a Drácula, o pensamos que lo hacemos, pero hay muchos otros dráculas". Así, algunos lectores señalan que Amapola de Sangre es una "lectura entretenida pero, sin embargo, no me terminó de atrapar y al final ha pasado de puntillas sin hacer apenas ruido [...] me encontré con el problema de que no terminaba de creerme a los personajes; eché de menos que se profundizará más en sus personalidades y todo lo que pude ver me pareció superficial y no me permitió conectar con ellos; los giros abruptos tampoco ayudaron mucho", o que "el problema que ha tenido el libro es que yo esperaba que no fuera un libro erótico ya que ni en la página ni en la sinopsis se dice nada [...] yo y el género erótico nos llevamos fatal y creo que es un punto de tantos por lo que no me ha gustado nada el libro [...] se me hizo demasiado pesado y eso demuestra que no estaba disfrutando absolutamente nada de la lectura". Sin embargo, para el profesor Olivares, "la novela destaca por el uso de los diálogos y el pasaje descriptivo [...]. Trata sobre el hambre, sobre el apetito, sobre una antiheroína que es Ariadna [...]. Toda la cultura popular se refleja perfectamente aquí: series, juegos de rol, etc. Amapola de Sangre es un pretexto para contar un mensaje iniciático, tal y como lo fue Alicia en el país de las maravillas en su momento: cómo esa chica trata de encontrar su sitio a través de los sentimientos y de aquellas personas que rozan con ella existencialmente". 

También "hay mucho de novela de aprendizaje y de disfrute sensorial; refleja muchas de las cuestiones autobiográficas de Enara", prosigue, y "el vampiro ya no es el otro, el monstruo que viene de fuera, sino el monstruo que emana de nosotros mismos. [...]. A finales del siglo XX el mal entra directamente en nuestra sociedad y la habita, y se convierte en aquéllo que todos tratamos de reprimir y de ocultar. [...]. Se produce una conversión, plasmada en los discursos postmodernistas de Ann Rice o en el Salem's Lot de Stephen King como traslación del mito a Nueva Inglaterra en aras de familiarizarlo, por ejemplo: es el vampiro quien desde el propio yo toma protagonismo para contar su propia historia". No obstante, hasta que no leamos el libro al completo no podremos opinar de la obra en su totalidad ni conocer las impresiones de la autora, sus referentes más cercanos, las inquietudes que la llevaron a escribir una primera parte, Memorias de Sangre, protogénesis de la nueva Ariadna, cuestiones éstas que quedan en suspenso a la espera de que el vicio de aquesta accidia quede resuelto y tome parte.




© Fuera de Contexto, 2016.
© Escarlata Ediciones, 2016.
© Café Jaén, 2016.








17/3/16

“Mi propuesta tiene que ver más con el aspecto psicológico” (I)

María Ibáñez, durante una de sus intervenciones.
María Ibáñez es una joven doctoranda que actualmente desarrolla su tesis doctoral entre dos universidades de Madrid, la Complutense y la Autónoma. La citamos en una conocida cafetería madrileña para hablar de la serie Penny Dreadful, a pesar de que, según nos confesaba, su trabajo de investigación poco o nada tiene que ver con la figura del vampiro sino, en este caso, con los "aspectos intermediales de la serie, temática y estructura", y el interés por "la literatura fantástica y de terror, la cultura popular y el estudio del cómic".

Entre sus fobias, se encuentra "Freud y toda la teoría del psicoanálisis" y, paradójicamente, las películas de terror: "El terror que refleja Penny Dreadful -nos dice- es todo imagen; no ha llegado al extremo del terror psicológico capaz de llegar a asustarme". También E.T.A. Hoffman ha sido motivo de consulta para su investigación sobre “lo abyecto del sistema” y “lo siniestro en la novela gráfica contemporánea [...] aunque quizá ahora no lo encuentro tan tedioso”. Entre sus filias, figuran Edgar Allan Poe y la intermedialidad narrativa, como así lo demuestran sus trabajos sobre el norteamericano Bill Willingham, "Transmedia Storytelling: recontextualización en los cuentos de hadas" o "El juego de la hibridación en Fables". En su análisis, encontramos antagonismos como el del “héroe/anti-héroe en los cómics que se escribieron en la época", a quienes “se atribuyeron características que realmente no poseen", con especial énfasis en The Sandman, del escritor Neil Gaiman, y a los aspectos psicológicos de este nuevo formato de publicación.

Las sesiones de espiritismo, frecuentes en el Londres victoriano.
Se establece así un puente entre la aparición del vampiro y, por ende, su inclusión en la literatura gótica, y el concepto de dualidad subyacente tanto en Drácula de Bram Stoker como en la serie de John Logan. “Penny Dreadful posee un variado universo construido en torno al concepto de alteridad [...]; el personaje de Vanessa Ives refleja la sociedad victoriana desde dentro y desde fuera: es la dama victoriana que lucha permanentemente contra ese demonio interior para, por así decirlo, mantener su propia identidad [...]. El divided self no solo aparece en el personaje interpretado por Eva Green, sino también en el del francotirador: a pesar de que la leyenda del hombre lobo es tan notoria como la del vampiro, esta monstruosidad parece haber sido dejada de lado a favor de su pariente antropomórfico", lo cual nos sirve para relacionar la dicotomía héroe-villano y lady victoriana-mujer liberal con los planteamientos de la archiconocida novela referidos a Mina Harker y Lucy Westenra, por ejemplo, y que Penny Dreadful, en nuestra opinión, sintetiza en un solo ego que se verá perturbado por la irracionalidad religiosa y por el fenómeno de la posesión. Estos paralelismos nos acercan, además, a la estructura del cuento propuesta por el ruso Vladimir Propp y a las teorías del crítico literario Tzvetan Todorov, quien sugiere que "las historias comienzan con un equilibro o status quo en el que cualquier fuerza potencialmente opuesta se mantiene estable. Ello se ve interrumpido por alguna clase de evento que, a su vez, inicia una nueva serie de eventos en cadena. Los problemas se resuelven para que, de esta forma, el orden pueda verse restablecido en el mundo de la ficción".

Interesante ensayo sobre el vampiro.
Fabio Giovannini, en su ensayo I libro di vampiri: dal mito di Dracula alla presenza quotidiana, describe al héroe que mata al vampiro como "un estudioso de rasgos ascéticos que también puede identificarse con un elemento de la copia o el doble -también en plural- siempre y cuando esté iluminado por un tercero. La prueba ‘proppiana’ a la que está sometido el héroe se mantiene para el cazador de vampiros […] Como ha señalado Propp, a los muertos que siguen existiendo se les adjudicaba dos instintos poderosos: el hambre y el apetito sexual. La muerte no sólo arrebata, sino que devora. Como el vampiro y el dragón de cuentos, también el muerto a menudo se enamora de las Bellas vivientes, y las quiere desposar. O devorar. El vampiro une todas estas cualidades y sacia el hambre en una manifestación erótica como el mordisco, variante habitual del beso. En su primera vida como en la segunda el vampiro sigue siendo maligno. […] Estos muertos ambulantes pueden manifestarse como espíritus, que se mueven y entran en los cuerpos de los vivos. La posesión anticipa la succión de sangre de los vampiros del XVIII y está presente en las culturas primitivas como las del Medievo: serán las brujas las principales acusadas por este delito imaginario [...]. El vampirismo es la forma más moderna de la posesión: aparece, pues, como el dibbuk moderno. Si el dibbuk de la tradición judía y de los relatos de Isaac Singer es el alma de un pecador difunto que entra en el cuerpo de un vivo y lo habita, el vampiro invade la conciencia, la moral, la razón. En su lugar pone lo inconsciente, el instinto y la irracionalidad”.

Dorian Grey y la manifestación del doble.
Por último, también departimos sobre los arquetipos y su influencia en el imaginario colectivo a través de formatos como el cómic, la literatura o el cine: qué sucede cuando carecemos de esa manifestación primaria de la realidad, soluciones y creación de personajes secundarios, algo de lo que María Ibáñez ha dejado constancia en trabajos como "Because I'm smart and lovely and clearly the leading lady of this particular tale" (Congreso Internacional 'Myths in Crisis. The Crisis of the Myth'), en alusión a "esa readaptación o recontextualización necesaria para su comprensión posterior". Según un trabajo de Elena Galán sobre la influencia de la mitología en los argumentos cinematográficos, “las historias y los argumentos son siempre los mismos. Lo que diferencia claramente una historia de otra son los personajes. Unos personajes bien definidos, creíbles, humanos, son la base a partir de la cual se puede construir un buen guión [...] Vladimir Propp, en su Morfología del cuento, ya estableció la figura de un personaje auxiliar (en este caso un personaje femenino, Medea) que ayuda al héroe a cumplir su misión". Este aspecto "será retomado por el cine, que incluirá en el género de aventuras y en otros géneros como la ciencia-ficción, la presencia de un ayudante de sexo femenino”.

“La dualidad -prosigue-, sin duda una de las bases de nuestra cultura, ha dado lugar a personajes como Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, Drácula y el hombre invisible, entre otros". También el autor francés G. Lecouteux, en su obra Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media ha documentado en textos literarios y tradicionales la historia del doble, así como “la vinculación de figuras como las hadas, brujas, fantasmas u hombres lobos a una concepción del alma que hunde sus raíces en el chamanismo y en las creencias griegas más antiguas. Para éstas, hay una dualidad entre el cuerpo, el yo visible, y un yo invisible que adopta distintas formas y nombres: doble, sombra, imagen o réplica, aire -pneuma- pero que puede externalizarse del cuerpo y “viajar”, y que se manifiesta plenamente en estados como el sueño o el trance”. En cuanto al trasfondo psicológico, Roderick et alt. enlazan su trabajo con las treinta y un situaciones dramáticas y los siete tipos de personajes de Propp en un interesante libro que lleva por título A companion to the Fairy Tale, cuyas tesis pueden consultarse en la segunda parte de esta entrevista



© Del texto y traducciones, Fuera de Contexto.
© Todorov, T.: The Fantastic: A Structural Approach to the Fantastic, 1975.
© Giovannini, F.: I libro di vampiri: dal mito di Dracula alla presenza quotidiana, 1985.
© Lecouteux, G.: Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media, 1999.
© Galán Fajardo, E.: La influencia de la mitología en los argumentos cinematográficos, 2003.
© Roderick, H. et alt.: A companion to the Fairy Tale, 2003.
© All rights reserved.

"No soy muy fan del vampiro" (II)

María Ibáñez, durante un momento de la entrevista.
Con estas palabras, iniciábamos una interesante charla con María Ibáñez, investigadora de la UCM, en una céntrica cafetería de Madrid. Dice que le encantaba El pequeño vampiro, aunque este tema haya estado siempre tan maltratado y espera “que se rescate la figura del vampiro tradicional de una forma más postmoderna”, sin caer en licencias tan vacías de contenido como “brillar en la oscuridad”. Hablamos de Penny Dreadful, cuya buena acogida ha llevado a su renovación para una tercera temporada, porque "esas otras películas como Abraham Lincoln cazador de vampiros o Van Helsing me parecen totalmente irrisorias […]; sin embargo, la línea argumental de Penny Dreadful, tomando un poco de todas ellas, ha funcionado bastante bien”.

Algunos de los trabajos presentados por la investigadora de la UCM.
Licenciada en Filología Inglesa, María Ibánez engloba su investigación dentro de los Estudios sobre Intertextualidad y Mediación Intercultural de la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis doctoral que llevará por título Mitos de lo siniestro en la novela gráfica contemporánea. "Es un proceso largo en el que llevo inmersa tres años, lo siniestro es un campo amplísimo". Tan amplio como la figura del vampiro y su relación con el cómic, por ejemplo, y últimamente con la televisión, como se desprende de la proliferación de series que ofrecen una nueva aproximación, revisitación o, en algunos casos, degradación del mito. Bajo el título Penny Dreadful: terror victoriano en la pequeña pantalla, María Ibañez desgranó los aspectos más interesantes de la serie creada por John Logan durante un Congreso sobre Literatura organizado por la Semana Gótica de Madrid. "Penny Dreaful -señala- capta el espíritu decimonónico al cien por cien en cuanto a imágenes, oscuridad, tipo de personajes... y lo trata desde la tendencia, ya existente en el siglo XIX, del gótico más urbano". Ese pastiche, que según la RAE es una "imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación independiente" queda reflejado, no sólo en la serie, sino también en la exposición de ideas que la investigadora ha compartido previamente en otros encuentros como el Seminario de Lecturas Entrecruzadas, dentro de la Semana Complutense de las Letras: "La serie explota las estratagemas textuales de las que Alan Moore hace uso en el cómic The League of Extraordinary Gentlemen, pero de una forma que no ha sido traducida […] quizá sea el despropósito de esta película lo que ha proporcionado ventaja a los creadores de la serie para intentar llenar, once años después, el vacío conceptual que dejó aquélla”. 

Penny Dreadful, la serie creada por John Logan.
Y es que el film del mismo nombre, dirigido en 2003 por Stephen Norrington, abre las puertas a una trama que, si bien difiere en bastantes aspectos de la que nos propone Penny Dreadful, establece ciertos paralelismos entre “Mina Harker/Allan Quatermain, reclutados para proteger a la Corona Británica, y Vanessa Ives/Sir Malcom Murray, que buscarán ayuda en los más variopintos personajes para rescatar a Mina del vampiro”, entre ellos, Ethan Chandler, un pistolero norteamericano alter ego de Quincey Morris en Drácula. Precisamente, ahí radica su primera contradicción al sostener que Penny Dreadul puede relacionarse más con la novela de Stoker que con el cómic de Moore: “Penny Dreadul reconfigura la narrativa de Drácula dentro del pastiche que nos presenta […] las alusiones son frecuentes, directas y a menudo pretenciosas, pero realmente funcionan y se vuelven aún más significativas cuando uno es consciente de las posibilidades intertextuales y estructurales que se abren cuando los conceptos, creaciones y personajes del Romanticismo tardío y el Gótico victoriano se combinan y coexisten”. De hecho, la serie de la NBC que firma Cole Haddon mano a mano con Daniel Knauf es la única de entre las películas que María Ibañez mencionaba en el Seminario Lecturas Entrecruzadas que pertenece al ámbito televisivo y, por tanto, puede considerarse serie.

El libro aúna algunos tópicos del fin de siècle.
Esas posibilidades intertextuales, por tanto, se convierten en una pieza clave de la literatura de género. Así, en The Bloody Chamber and Other Stories, de Angela Carter (1979), encontramos una historia de vampiros invertida, titulada “The Lady of the House of Love”, en la que un oficial inglés que atraviesa Rumanía justo antes del estallido de la I Guerra Mundial es acogido por una joven vampira. Su intención es comérselo, pero la inocencia de éste al besarle el dedo cuando ella se corta lo salva: de este modo, mientras el mordisco del vampiro transforma al humano, el beso, según parece, transforma a los vampiros en seres más afables. La historia está plagada, no obstante, de referencias al cuento de hadas, ya que el mismo oficial es comparado con el héroe del cuento grimmiano ‘The boy who went forth to learn fear’; al ser inglés, también se sitúa en la línea heroica de ‘Jack and the Beanstalk’, cuya rima se cita en dos ocasiones (’Fee fi fo fum / I smell the blood of an Englishman’); el vampiro vive en un jardín rodeado por una alambrada de espino, mientras que el narrador repite que ‘un simple beso despertó a la Bella Durmiente del Bosque’ y sugiere que el vampiro es como una joven vestida con el traje de boda de su madre, lo cual nos recuerda a la versión de Cenicienta que los hermanos Grimm nos contaron bajo el título de ‘Ashputtle’. Por consiguiente, ‘The Lady of the House of Love’ se nos presenta, en cierto modo, como una la historia invertida, demostración de deseo y poder femenino: el oficial se aleja con una rosa como recuerdo, una rosa que revive –como un vampiro-  en “un esplendor siniestro, brillante, corrupto” tras la muerte”.

Existen, pues, concomitancias con el mundo del vampiro y esa idea de gestación de la novela de Stoker aparece implícita en la serie: los personajes de Mina/Lucy, el apellido Harker e incluso The Jewel of the Seven Stars, del mismo autor irlandés, como ejemplo de ambientación de la sociedad victoriana, el gusto por lo exótico, la superstición, etc. La heterotopía de Michel Foucault, esto es, la descripción de lugares y de espacios que funcionan en condiciones no hegemónicas, y su relación con los espacios del gótico, o el mitopoema de Umberto Eco, son conceptos y autores que María Ibáñez conoce bien, a pesar de que las aportaciones de éste último a la Semiótica y de que una de sus directoras de tesis pertenezca a este campo lo hayan relegado a un segundo plano. El profesor italiano señalaba esta capacidad mitopoética del hombre para adaptar los mitos heredados, como el del vampiro, de manera que éstos sigan siendo útiles: "La capacidad mitopoética del hombre ha de modular su productividad imaginaria en función de los retos de sus cambiantes circunstancias ambientales y sus diversos contextos culturales, y de ahí deriva su labilidad y su funcionalidad en relación con las características de cada época y cada sociedad.". De esta forma, encontraremos otros films como Revenant (Richard Elfman, 1998) donde el vampiro se adapta a los nuevos tiempos, con sus propios vicios y sus nuevos temores, y hasta incluso con un nuevo clasismo.

El actor Rory Kinnear da vida a la criatura.
También es importante destacar la presencia de Víctor Frankenstein en Penny Dreadful como algo coyuntural, anacrónico, porque "trata los marcos temporales con cierta inconsistencia; [...] más que inventarse a un personaje como el de Frankenstein y su criatura, lo que han hecho es dilatar un poco el marco temporal para poder incluirle". La dualidad es un tema recurrente en la serie de Showtime y, por extensión, en toda la literatura romántico-gótica del XIX: conflicto interior, represión versus vulneración de las normas: "Me interesa el concepto de alteridad presente en el tratamiento que se da a los personajes; un ejemplo es la dama victoriana que representa Vanessa Ives [...]. Todavía no le he encontrado ninguna pega y, por supuesto, la sombra del vampiro está revoloteando constantemente sobre la trama" ahondando en otras figuras concomitantes o anticipadoras del mito como la bruja-vampiro que también está en Dreyer, por ejemplo, y en otras referencias al folklore. Aunque su aproximación al tema del upiro sea superficial, en su reseña sobre Fantasmas, aparecidos y muertos sin descanso dice: “Cristina Delgado refiere los más importantes espíritus sobrenaturales [...] que estaban presentes en la cultura mesopotámica y en sus representaciones artísticas y literarias, poniendo el foco de atención en los daimones femeninos y en especial en Lilith, criatura de naturaleza vampírica y carácter mítico cuya representación tomó especial importancia en el siglo XIX y perdura hasta nuestros días” […] Santos Marinas enmarca al muerto viviente de la tradición eslava dentro de un espectro más amplio que el comúnmente aceptado del vampiro […]. La variante del vampiro también se menciona en el artículo, “Dos muertos vivientes en la Bohemia del siglo XIV”, en el que Juan Antonio Álvarez-Pedrosa aborda la figura del muerto viviente entre los eslavos occidentales haciendo una comparativa entre dos textos de características comunes en los que se encuentran dos muertos sin descanso".

Una de las obras reseñadas por M. Ibáñez.
Retomando los escenarios de la serie y las líneas de su investigación doctoral María nos comenta que "el gótico surge junto con la normalización de las instituciones mentales, la medicina forense, el concepto de lo extraño, la superstición o la mediumnidad. [...] Me interesaba más bien un enfoque sociocultural en cuanto al surgimiento del gótico como género y establecer un paralelismo entre el cómic tomando como ejemplo The Sandman (Neil Gaiman, 1988), escrito en una época de bastante excitación política y malestar social en Gran Bretaña”. Esa idea primigenia aparece ahora descartada para centrarse más en el gótico “como subgénero dentro del cómic, por ejemplo, su evolución en este campo y por qué se estudia en las universidades para, sin embargo, seguir siendo tan denostado”. A ese respecto, debemos recordar la situación que atraviesan los doctorandos en España: “La Universidad ha cerrado muchos recursos de cara a la investigación, como bases de datos”, por lo que su estancia en Londres le permitió recopilar material que "aquí, con los recortes, no habría sido posible".

En cuanto a sus proyectos más inmediatos, la investigadora espera estar presente en la próxima edición de la Semana Complutense de las Letras de la UCM, que se celebra en el mes de abril, y también tiene pendiente una publicación sobre Morpheo y un congreso este verano en Irlanda en el que hablará sobre el espacio en la literatura fantástica. Estaremos muy atentos a esta trayectoria y esperamos que en una próxima ocasión María Ibáñez haya encontrado en Only lovers left alive, The Hunger o The Addiction -algunas de nuestras recomendaciones cinéfilas- nuevas líneas de interés para futuros trabajos.



© Del texto y traducciones, Fuera de Contexto.
© Carter, A.: The Bloody Chamber and Other Stories, 1979.
© Aguirre Castro, M. et alt.: Fantasmas, aparecidos y muertos sin descanso, 2014.
© Ibáñez, M.: íbidem, op. cit. "Fantasmas, aparecidos...", en Revista Amaltea, 2015.
© All rights reserved.

16/3/16

Pigritia (II)

Fotograma de la película Seven (David Fincher).
Cuatro son los vicios irascibles que, según Evagrio Póntico y otros, conforman la lista de pecados capitales, entre ellos, la pereza. A cada cual le corresponde una virtud a la par que un demonio; a la pereza, la diligencia, o "capacidad y esmero para ejecutar algo, cumplir con los compromisos y poner entusiasmo en las acciones que se realizan", pero también Belfegor "que tienta a los jóvenes a través de inventos ingeniosos y que, supuestamente, les proporcionarán riqueza". Dante la sitúa en la cuarta grada del Purgatorio, donde moran las almas de aquéllos que pecaron por descuido, en una de las secciones más cortas de su Divina Comedia, y en el quinto círculo del Infierno, que acoge a los iracundos que se despedazan a mordiscos.

Sea como fuere, en esto del periodismo también hay que contrarrestar los efectos de quienes fueron tocados de alguna forma con esos ocho vicios malvados de los que hablaba el monje iboriano. Y así, a la espera de conocer la predisposición de editoriales, autores, desarrolladores y gamers -inédita hasta la fecha- para dar cuenta de sus creaciones y lanzamientos, iniciamos nuestra particular crítica sobre dos novedades que ya anunciábamos en nuestro canal de Youtube. La primera, que puede consultarse aquí, se refiere a la novela Amapola de Sangre, sobre la que no vamos a extendernos en el presente artículo.

Contenido clásico de un juego de mesa.
La segunda, tiene que ver con Noches de Sangre, un juego semicooperativo inspirado en la película 30 días de oscuridad (David Slade, 2007) en el que cada jugador encarna a un habitante del pueblo que deberá conseguir armas y provisiones, rescatar a otros supervivientes y buscar escondites mientras son atacados por un grupo de despiadados y hambrientos vampiros. Finalista del I Concurso de ProtoJuegos de Verkami, plataforma desde la que se ha conseguido la financiación necesaria para lanzar el proyecto, ha sido creado por Fidel Montesino e ilustrado por varios artistas españoles. Pak Gallego ha colaborado como consejero y editor, "ayudando a agilizar las mecánicas y dotar al juego de una mayor diversión". 

Destacamos que el juego incluye 18 cartas de vampiros y 12 contadores de sangre, que permitirán conocer en todo momento el estado de cada superviviente y sus posibilidades de triunfo. En este vídeo, editado a partir del unboxing de Mi Cabeza Friki, os mostramos algunas de las características de la caja, elementos del juego, cartas, etc. 



Sin embargo, tras no poder concertar finalmente una entrevista con los creadores de Noches de Sangre ni conocer sus impresiones ni sus referentes más cercanos o las inquietudes que les llevaron a basar el juego en el universo del vampiro, estas cuestiones quedan en suspenso a la espera de que el vicio de aquesta accidia quede resuelto y tome parte.




© Fuera de Contexto, 2016.
© GDM, 2015.
© Fidel Montesino, 2015.
© MCF News, 2015.