31/3/16

Pigritia (I)

Cuatro son los vicios irascibles que, según Evagrio Póntico y otros, conforman la lista de pecados capitales, entre ellos, la pereza. A cada cual le corresponde una virtud a la par que un demonio; a la pereza, la diligencia, o "capacidad y esmero para ejecutar algo, cumplir con los compromisos y poner entusiasmo en las acciones que se realizan", pero también Belfegor "que tienta a los jóvenes a través de inventos ingeniosos y que, supuestamente, les proporcionarán riqueza". Dante la sitúa en la cuarta grada del Purgatorio, donde moran las almas de aquéllos que pecaron por descuido, en una de las secciones más cortas de su Divina Comedia, y en el quinto círculo del Infierno, que acoge a los iracundos que se despedazan a mordiscos.

Sea como fuere, en esto del periodismo también hay que contrarrestar los efectos de quienes fueron tocados de alguna forma con esos ocho vicios malvados de los que hablaba el monje iboriano. Y así, a la espera de conocer la predisposición de editoriales, autores, desarrolladores y gamers -inédita hasta la fecha- para dar cuenta de sus creaciones y lanzamientos, iniciamos nuestra particular crítica sobre dos novedades que ya anunciábamos en nuestro canal de Youtube. La primera, que puede consultarse aquí, se refiere al juego Noches de Sangre, sobre el que no vamos a extendernos en el presente artículo.

Julio Olivares y Enara de la Peña conversan juntos en el Café Jaén.
La segunda, publicada el pasado mes de enero y presentada un mes después en el Café Jaén, se trata de Amapola de Sangre (Escarlata Ediciones), primera novela de la donostiarra Enara de la Peña. Nacida en San Sebastián, su vocación por las letras ha transcendido a la ficción, además de haber participado en distintas antologías de relatos y de ser una de las fundadoras del grupo literario Novelados. En palabras de su autora, Amapola de Sangre "no es la historia sobre Ariadna en su época universitaria, sino lo que ocurre después de licenciarse, cuando viaja a San Sebastián y descubre un nuevo mundo sobrenatural donde la verdad finalmente es revelada". El profesor Julio Olivares Merino, a quien recordaréis por su intervención en la II Semana Gótica de Madrid con aquello de la heredad y el Nosferatu no proyectado, y encargado de presentar el libro, consideraba ya  "el prólogo como un señuelo para atraer a la lectura", clara estrategia de márketing para introducirnos en una historia que no convence -al menos a priori-, y cuyas primeras páginas pueden consultarse desde la web de la editorial. Muchos coinciden en que no han podido conectar con el personaje de Ariadna, imbuidos quizá por la nueva literatura para adolescentes que abandera Stephenie Meyer, a pesar de que, por su contenido, se trata de una novela con alto contenido erótico y de que Julio Olivares dejara clara su postura -compartida- acerca de esta nueva y "deleznable contextualización postmoderna del vampiro". 

Portada de Nuestros vampiros. Nosotros.
La norteamericana Nina Auerbach, co-editora de una de las mejores ediciones comentadas del Drácula de Stoker, en su ensayo Our vampires, ourselves (1995), "instaura la idea de que el vampiro es un ente más que vive entre nosotros y da pie al discurso que nos proponen sagas como Crepúsculo o la serie True Blood: justamente en este contexto aparece el libro de Enara de la Peña". Es en esta aproximación crítica al vampirismo de Auerbach donde puede leerse que "todos conocemos a Drácula, o pensamos que lo hacemos, pero hay muchos otros dráculas". Así, algunos lectores señalan que Amapola de Sangre es una "lectura entretenida pero, sin embargo, no me terminó de atrapar y al final ha pasado de puntillas sin hacer apenas ruido [...] me encontré con el problema de que no terminaba de creerme a los personajes; eché de menos que se profundizará más en sus personalidades y todo lo que pude ver me pareció superficial y no me permitió conectar con ellos; los giros abruptos tampoco ayudaron mucho", o que "el problema que ha tenido el libro es que yo esperaba que no fuera un libro erótico ya que ni en la página ni en la sinopsis se dice nada [...] yo y el género erótico nos llevamos fatal y creo que es un punto de tantos por lo que no me ha gustado nada el libro [...] se me hizo demasiado pesado y eso demuestra que no estaba disfrutando absolutamente nada de la lectura". Sin embargo, para el profesor Olivares, "la novela destaca por el uso de los diálogos y el pasaje descriptivo [...]. Trata sobre el hambre, sobre el apetito, sobre una antiheroína que es Ariadna [...]. Toda la cultura popular se refleja perfectamente aquí: series, juegos de rol, etc. Amapola de Sangre es un pretexto para contar un mensaje iniciático, tal y como lo fue Alicia en el país de las maravillas en su momento: cómo esa chica trata de encontrar su sitio a través de los sentimientos y de aquellas personas que rozan con ella existencialmente". 

También "hay mucho de novela de aprendizaje y de disfrute sensorial; refleja muchas de las cuestiones autobiográficas de Enara", prosigue, y "el vampiro ya no es el otro, el monstruo que viene de fuera, sino el monstruo que emana de nosotros mismos. [...]. A finales del siglo XX el mal entra directamente en nuestra sociedad y la habita, y se convierte en aquéllo que todos tratamos de reprimir y de ocultar. [...]. Se produce una conversión, plasmada en los discursos postmodernistas de Ann Rice o en el Salem's Lot de Stephen King como traslación del mito a Nueva Inglaterra en aras de familiarizarlo, por ejemplo: es el vampiro quien desde el propio yo toma protagonismo para contar su propia historia". No obstante, hasta que no leamos el libro al completo no podremos opinar de la obra en su totalidad ni conocer las impresiones de la autora, sus referentes más cercanos, las inquietudes que la llevaron a escribir una primera parte, Memorias de Sangre, protogénesis de la nueva Ariadna, cuestiones éstas que quedan en suspenso a la espera de que el vicio de aquesta accidia quede resuelto y tome parte.




© Fuera de Contexto, 2016.
© Escarlata Ediciones, 2016.
© Café Jaén, 2016.