26/5/23

Esos otros vampiros

Como sabéis, durante los últimos meses hemos estado presentando la ponencia "El Drácula de Stoker" en diferentes bibliotecas públicas municipales pertenecientes al Ayuntamiento de Madrid, con motivo del obituario del escritor irlandés y de la primera edición de la novela, respectivamente.

Lamentablemente, dedicamos esta entrada, no a conmemorar la efeméride como ya venimos haciendo en numerosas ocasiones, sino a denunciar la falta de respeto y el descuido que hemos sentido hacia nuestro trabajo.

En primer lugar, nos parece inadmisible que el director de la Biblioteca Iván de Vargas de Madrid, Pablo Quintanilla, ni siquiera tuviera la decencia -por utilizar un término políticamente correcto- o la poca vergüenza -si nos remitimos a la verdad de los hechos- de pedir disculpas por su actitud en las semanas previas a la charla y durante la celebración de la misma: sencillamente, no se presentó y nos dejó al arbitrio del personal del centro, el cual, y a la carrera, tuvo que soportar el engorro de una situación provocada por quien se presupone responsable de las instalaciones.

A última hora y sin avisar siquiera, nos cambiaron la sala principal en donde había de tener lugar el evento, para asignarnos otra en la que no habían preparado absolutamente nada, sin proyector y otros medios necesarios para su correcto desarrollo. Algo salvable, por otra parte (siempre acudimos con equipo propio y cableado para conexiones), pero inconcebible, puesto que ya habíamos iniciado la promoción de la actividad en redes y, dicho sea de paso, el compromiso adquirido era para utilizar la sala polivalente y no otra (así consta en la solicitud, que podéis consultar sin problema, como también los correos intercambiados con la dirección del centro), de mejor acceso y visibilidad de cara al público asistente.

Con todo, conseguimos dar salida a la ponencia pero con la incomodidad de estar siendo ninguneados frente a semejante chapuza, responsabilidad directa de un impresentable que ostenta el cargo de "director". No vamos a consentir ninguna tomadura de pelo por parte de quienes acceden a sus puestos vaya usted a saber cómo, porque desde luego no predican con el ejemplo y porque ofrecen una imagen pésima de un servicio público que, no lo olvidemos, pagamos entre todos.

Señor Quintanilla y otros sujetos semejantes: nosotros somos profesionales que no regalamos nuestro tiempo ni mucho menos nuestro trabajo. Conscientes de que este tipo de actividades no son remuneradas, lo mínimo que esperamos es respeto y reconocimiento como deferencia a horas de estudio e investigación y, a algo de lo que su dirección y atroz gestión adolecen: calidad por encima de todo.

Para colmo, otra, la Biblioteca San Fermín nos llama por teléfono días después de la charla que impartimos en su sede para preguntarnos si nos habíamos quedado con un cable hdmi propiedad del centro. ¿Están insinuando que somos igual de cutres que ustedes? Definitivamente, no. Ni por asomo. Por surrealista que parezca, todavía nos toca sufrir a este tipo de ineptos. Agradecemos, pese a todo, el comportamiento de los trabajadores de ambas bibliotecas, quienes nos brindaron su apoyo después de tener que bregar con las conductas de estos verdaderos capos, en cuyas manos desastrosas queda una cultura ya de por sí mangoneada por las instituciones.


© Fuera de Contexto y Subtexto, 2023.