11/6/15

Por siempre, Conde Drácula

Aunque conocimos la noticia de su muerte algunos días después, el actor británico Christopher Lee fallecía el pasado 7 de junio dejando huérfanas a todas las criaturas de la noche a las que cautivó con una de sus interpretaciones más emblemáticas: la del noble-vampiro, el aristócrata Conde Drácula.

No haremos acopio de todos los obituarios publicados en diferentes medios de comunicación, ni de su vasta producción artística, avalada por más de doscientas películas y proyectos musicales, con un BAFTA honorífico en 2011 y el reconocimiento de millones de fans en todo el mundo gracias a trabajos posteriores como Star Wars o la trilogía The Lord of the Rings.


Simplemente, queremos rendir homenaje a su figura con unas líneas que Roman Gubern escribió para la mítica revista del grupo francés Hachette, Fantastic Magazine, bajo el título de "Amado Monstruo", una glosa dedicada al vampiro con motivo del estreno en las pantallas españolas del Drácula rubricado por Francis Ford Coppola, y que transcribimos a continuación:
"El vampiro siempre nos ha fascinado, sobre todo como mito erótico, con el mordisco-coito que hace que sus caninos fálicos penetren la carne de bellas mujeres y las desfloren con el rojo de la sangre. Nuestro estremecimiento es más de placer que de miedo. Siguiendo literalmente a Bram Stoker y a Murnau, Polanski nos recordó -con ironía- que los vampiros masculinos también pueden buscar presas masculinas, en una época feliz en que el sida todavía no había irrumpido. Todo esto nos lo estropeó un poco Werner Herzog, cuando se empeñó en demostrarnos que el vampiro es una tristísima víctima existencial, condenada a vivir por toda la eternidad. Y ahora un docto neurólogo nos amenaza con probar que su mordisco deriva de las epidemias de rabia de la Edad Media. Nuestro gozo erótico en un pozo".
Un vampiro que se ha hecho eterno en la retina de los espectadores, entrañable a pesar de la fiereza del personaje. Icónico pero, sobre todo, tremendamente humano. Hasta siempre, Sir Christopher Lee.


© Roman Gubern/Fantastic Mazagine, 1993.
© Fuera de Contexto, 2015.