18/6/13

Vampiranía y sangre fresca

Panel promocional para el preestreno. © FC
En ciertos actores, la veteranía es un valor seguro. Así lo demuestra la aparición en el primer episodio de la sexta temporada de True Blood del vampirano neerlandés -léase actor-vampiro curtido en mil batallas- Rutger Hauer. Simplemente, espléndido.

Si son de los que prefieren la versión original a la doblada, cuestión harto recomendable y sin desmerecer, en este caso, el trabajo de Luis Porcar (una de las voces de Hauer en nuestras pantallas, junto a otros muchos actores de doblaje, entre los que se incluye el recientemente desaparecido Constantino Romero -¿quién no recuerda a Roy Batty, de Blade Runner?-), presten atención al personaje de Warlow, a su discreta presentación en escena, y juzguen ustedes mismos su capacidad para mantener, incluso hasta de forma despiadada, la tensión dramática frente a un bobo -más si cabe en esta nueva entrega- Jason Stackhouse.

Como dato curioso, no sabemos si deliberado, encontramos una cierta similitud fonética -e incluso reminiscente- entre el Macklyn Warlow de la quinta y la sexta temporada de True Blood, Kurt Barlow -el vampiro al que Hauer da vida en el remake de Salem's Lot-, el Doctor Marlowe de la malograda Hemoglobine y Marlow, el sádico vampiro de 30 Days of Night, aunque la profundidad de estas dos últimas interpretaciones diste mucho de la conseguida, a nuestro juicio, en la adaptación de la novela de Stephen King y en la nueva hornada de episodios de esta serie, donde presumimos jugará un papel esencial.

Interior de la sala, minutos antes de la proyección. © FC
Por lo demás, la presentación a prensa y simpatizantes de la sexta temporada de True Blood pocas horas después de su estreno en Estados Unidos, como ya adelantábamos a principios del mes pasado (puedes verlo aquí), transcurrió sin demasiada pomposidad, con escaso público, entre el que se encontraba Javier Herce (autor de Matar a un vampiro, de cuya reseña nos hicimos eco en su momento) y los incondicionales blogueros de Birras & Series.

Confiamos en que los nuevos episodios consigan mantener el interés tanto de sus seguidores más fieles como de quienes nos dedicamos a desgranar, analizar, compartir y disfrutar de sus entresijos (a pesar del arranque de la trama en los puntos calientes que quedaron sin resolver al cierre de la quinta temporada, la primera sensación -sin aditamentos subjetivos- es la de que, todavía después de casi cinco años en antena, True Blood se muestra pueril en algunos de sus planteamientos, la evolución de sus personajes es aún bastante imprecisa y rayana en lo paternalista y aun ridículo (el afeminado Bill Compton, alias "Billith", o la cada vez más evidente transfiguración de Lafayette en LaLa big momma, por citar algún ejemplo) y el personaje de Sookie pierde fuerza, hasta convertirse, por momentos, en insoportable. Demos, pues, la bienvenida a maese Hauer para expulsar sus demonios.