Ante el inminente estreno de la séptima temporada de
Game of Thrones (
Benioff & Weiss. HBO, 2011), muchos nos preguntamos si en el universo creado por
George R. R. Martin tendrían cabida los vampiros mitológicos que tan bien han encajado en otras sagas, siquiera de manera tangencial, como en
Lord of The Rings.
Hasta la misma
Anne Rice se ha pronunciado al respecto mediante un símil
mediático a propósito del éxito cosechado por el escritor de
New Jersey y ha desarrollado, junto a su hijo, lo que parece ser el episodio piloto basado en
Crónicas Vampíricas. "Es la forma correcta de contar toda la historia -dice- y muchos fans me han pedido crear una serie al estilo de
Juego de Tronos con este material". Material que, como sabemos, quedó repartido más o menos acertadamente entre la película dirigida por
Neil Jordan en 1994,
Interview with a vampire, y el film de
Michael Rymer, quien hizo lo propio con
Queen of the damned en 2002.
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La escritora norteamericana se dirige a sus fans en Facebook para anunciar la noticia.
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Según diversas fuentes, los derechos cinematográficos y, por ende, televisivos, de su obra volvían el pasado año a manos de la autora estadounidense tras una larga pugna con Universal e Imagine Entertainment, que ostentaban los mismos sobre las trece novelas que componen la saga y cuyas ventas han superado los más de 80 millones de ejemplares en todo el mundo. Presumiblemente, la nueva serie comenzaría con los acontecimientos narrados en Lestat el vampiro, después de que Paramount TV y Anonymous Content hayan adquirido nuevamente los derechos. "Es un sueño hecho realidad, y me encantaría hacer una serie que sea una fiel reproducción de Crónicas Vampíricas. Lo que ustedes -los fans- quieren es lo que yo también quiero", añadió.
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| Lord Roose, interpretado por M. McElhatton. |
Los vampiros de George R. R. Martin no son tan góticos ni tan románticos, incluso se trataría de entes más ambiguos y humanos si cabe, pues los seguidores de la serie Game of Thrones no se ponen de acuerdo a la hora de tildar al personaje de Roose Bolton como tal, a pesar de ser uno de los grandes antagonistas de Canción de hielo y fuego (en la adaptación televisiva de Juego de Tronos, Bolton cuenta con una apariencia más humana alejada de ese halo despiadado y demudado que le ha granjeado su afición por las sanguijuelas y merecedor del apelativo Leech o Lord Sanguijuela). El culto por la sangre, la ausencia de cicatrices evidentes a pesar de haberse curtido en mil batallas o el sadismo con el que la dinastía Bolton trata a sus enemigos (sin ir más lejos, los despelleja vivos) son características que terminan urdiendo a un personaje de piel pálida y ojos vidriosos cuya estirpe estaría inspirada tal vez por las atrocidades cometidas por Gilles de Rais o Erzsébet Báthory y de la que apenas se tienen datos genealógicos en los apéndices que preceden a cada Casa.
Vampiros sin máscara ni dudosa afiliación podemos encontrarlos, sin embargo, en Fevre Dream (Poseidon Press, 1982), historia escrita por R. R. Martin y ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, en la que un capitán de barco debe enfrentarse con unas misteriosas muertes acaecidas en el río Mississippi y que, al parecer, guardan relación con un grupo de vampiros cuyo líder, curiosamente, recibe el sobrenombre de Rey Pálido. En Danza de Dragones, quinta novela de Canción de hielo y fuego, se dice que Bolton, "habitualmente lleva una cota de malla guarnecida de negro y una capa de lana de color rosa, bordada con gotas de sangre". ¿Será este Rey Pálido un reminiscente de Leech Lord como lo más cercano a un vampiro que podamos encontrar en una de sus infinitas y cambiantes formas?
