19/1/15

Visto y oído

La presencia del vampiro en la cultura pop es bien conocida por el público: desde los experimentos cinematográficos de Andy Warhol (Blood of Dracula, 1974), pasando, por ejemplo, por el mundo de la publicidad, hasta las incursiones literarias de Woody Allen ("El Conde Drácula", en Cuentos sin plumas, 1991; relato que, por cierto, ya había servido de inspiración a Emma López en el espectáculo que presentó durante la VI SGM).

Pero en esta ocasión, queremos ilustrar esta entrada con un par de instantáneas que conforman una tendencia conocida como cartoon bombing (la interacción del dibujo con el mundo real), obra del francés Troqman y de un chico llamado October Jones, respectivamente. Como no podía ser menos, la figura del Conde Drácula y la de Batman (este último, icono de lo oscuro y personaje inspirador) están presentes.

Creatividad en el tren (O. Jones).

No Reflection, de Troqman.