23/4/13

Noche de Libros: Vampiros

Con motivo de la celebración del Día del Libro, Fuera de Contexto organiza el I Blog Encuentro para hablar sobre uno de los temas que más nos gusta: los vampiros.

La cita será el próximo sábado 27 de abril, a las 19,30h. con el siguiente itinerario:

19,30h.: Casa del Lector. Asistiremos a la exposición "Drácula. Un monstruo sin reflejo", y departiremos sobre lo que nos ofrece la muestra, desde un punto de vista crítico.

21,30h.: Iniciaremos nuestra particular tertulia sobre el cine de vampiros, literatura y demás aspectos relacionados con este singular fenómeno en La Parada de los Monstruos.

23,30h.: Para aquellos que lo deseen, continuaremos la charla en una cervecería del centro de Madrid (opcional).

Más información en: www.facebook.com/events/599716520040150/

© Del film Van Helsing (Universal Pictures, 2004)

3/4/13

Ese otro cine

Lina Romay, en un momento de Mujer Vampiro (1973)
Ayer fallecía en Málaga a los 82 años Jess Franco (Jesús Franco, 1930-2013), uno de los más prolijos y controvertidos cineastas de ese otro cine que algunos han calificado de incómodo, pero que para muchos otros ha supuesto un aperturismo anclado en un género -la serie B- con mira internacional. 

Tanto es así, que muchas de sus películas se estrenaron en países como Francia, Suiza, Portugal o Italia durante la dictadura franquista, más asiduos a la experimentación en el séptimo arte y a la búsqueda de nuevas producciones, a pesar de que la crítica no siempre estuvo de su lado. En los últimos años, sin embargo, Jess Franco fue galardonado con el Goya de Honor a toda su carrera, y la SGAE está preparando una retrospectiva sobre su trayectoria cinematográfica (que, veremos el resultado, es lo que más pavor y terror provoca entre sus más fieles seguidores). Para el caso que nos ocupa, lo más granado de la filmografía del madrileño puede resumirse en las siguientes películas:

Fotograma de Vampyros Lesbos (1971)
El Conde Drácula (1970).- Lo más destacado es la participación de Christopher Lee y Klaus Kinski, como Drácula y Renfield, respectiva-mente, además de ser una de las primeras películas donde se muestra el proceso de rejuvenecimiento del Conde, tal y como se menciona en la novela. Probablemente por una cuestión de márketing derivada del éxito de otras producciones de Hammer Films, aprovechada por esta nueva versión, la crítica ha sido bastante condescendiente.

Las Vampiras (1971).- Cuenta con vagas reminiscencias a la obra de Bram Stoker, aspecto desmentido en numerosas ocasiones por el propio director, que no obstante se convertiría en algo recurrente durante toda su obra. Narra la historia de la condesa Nadine Carody, cuyo personaje convirtió a Soledad Miranda en uno de los mitos eróticos de la década. Vampirismo y sensualidad, erotismo y encuadres oníricos son algunas de sus características.

La hija de Drácula (1972).- No aporta ningún cambio significativo en la trama, salvo la inclusión de nuevos actores y vínculos de sangre -nunca mejor dicho- con respecto a las cintas que la preceden.

Mujer vampiro (1973).- Al igual que Las Vampiras, podemos encontrar diferentes títulos para un mismo film: El ataque de las vampiras presenta las desventuras sexuales de la condesa Von Karnstein en una de las historias más aburridas de lo que podría considerarse una saga "lésbico-vampiríca".


Vampire blues (1999).- De alguna forma, las incursiones vanguardistas del cine de Godard pueden apreciarse en el sello inconfundible de Jesús Franco, con una dominante cromática que oscila entre el rojo y el rosa, una banda sonora perturbada en ocasiones por el silencio extradiegético o la parquedad de los diálogos y una presencia masculina ocasional (de nuevo, el lesbio elemento domina la escena).

Vampire junction (2001).- Las preferencias por lo digital son bien conocidas por los seguidores del cine de Jess Franco. Es la estética de la repetición, del tedio, de la aleatoriedad, con un denominador común: el vampirismo como pretexto. 

Killer Barbys contra Drácula (2003).- Secuela de la que ya se rodara en 1996, nos recuerda a aquellas películas protagonizadas por Parchís, para uso y disfrute -y promoción discográfica- de sus alocados fans. No aporta absolutamente nada, pero sirve de ejemplo a la degradación que, dentro de lo que supone un género como éste, puede observarse en la etapa final -pornografía aparte- del cineasta.