20/4/12

100 años de Stoker: el autor, el monstruo, el mito

Bram Stoker (Dublin, 1847-London, 1912)
El 20 de abril de 1912 fallecía en Londres el escritor irlandés Abraham Stoker, conocido mundialmente por su novela Drácula (1897) y por su importante labor como crítico y autor teatral. Su enorme influencia en la literaturización del vampiro ha servido de base para que, primero el teatro y posteriormente el cine, se hicieran eco de lo que constituye uno de los mitos más relevantes de todo el siglo XX, y que prosigue su andadura en nuestros días como auténtico fenómeno de masas y objeto de estudio e investigación.

La obra magna de Stoker encuentra su inspiración y bebe de diversas  fuentes, entre ellas, El Vampiro, de Polidori, cuyo sobrino era vecino de aquél en Chelsea, la obra del orientalista húngaro Hermann Bamberger, los tratados de Emily Gerard y el reverendo Sabine Baring-Gould, sobre folklore y hombres-lobo, respectivamente, o la novela Trilby (1894), de George du Marier. Sin embargo, el Drácula de Stoker nunca llevó capa ni tuvo la apariencia de un hombre aristocrático; antes bien, se trata de una licencia teatral que el director Hamilton Deane llevó a escena por primera vez en 1924.

George Stade, en su Introducción a Drácula (Bantam. New York, 1981) dice: "Desdeñado en principio por los críticos, el libro no ha dejado de publicarse desde su aparición en 1897", especialmente en su lengua original, puesto que la traducción a otros idiomas vino posteriormente, en buena medida gracias al éxito cosechado por el cine. No obstante, la primera versión al francés data de 1920 y, siguiendo a Juan Antonio Molina Foix, en su edición comentada de la novela (Cátedra, 2006), "en 1928 Drácula aparece en Rumanía como serial de pequeños fragmentos para una revista". En España, sería en 1935, y de nuevo en Rumanía, ya como libro, en 1974. En 1993, la novela del irlandés Bram Stoker pasó a engrosar la ilustre lista del Dictionary of National Biography de la lengua inglesa, un año después del estreno de la extraordinaria versión cinematográfica de Francis Ford Coppola.

Portada de la primera edición.
La impronta que deja Drácula y, por ende, el vampiro, en la mayor parte de la cultura occidental puede observarse tanto en manifestaciones artísticas que van desde la pintura, la música, el cine, la televisión o el teatro, hasta una auténtico movimiento pop-art que incluye todo tipo de objetos cotidianos: camisetas, bolígrafos, tazas de café, sellos de correos, caramelos, postales, campañas turísticas y publicitarias, canciones, cómics, vídeo juegos o poemas. Varios han sido los actores que dieron vida al famoso conde transilvano, entre ellos, Hamilton Deane, Raymond Huntley, Denholm Elliot, Louis Jourdan, Courtney White, Enrique Rambal, José Luis Lifante, Max Schrek, Béla Lugosi, Christopher Lee, Ramón Langa, Narciso Ibáñez Menta, José Luis Alcobendas, David Niven, Jack Palance, Frank Langella, Raúl Juliá, Terence Stamp, John Forbes, John Carradine, George Hamilton, Vincent Price, Louis Jordan, Gary Oldman, William Marshall, Gerard Butler, Klaus Kinski y un largo etcétera.

En los últimos cien años, mucho se ha escrito y publicado sobre Bram Stoker, que fallece la misma semana del hundimiento del Titanic; sobre el autor y productor teatral, infatigable sombra del actor Henry Irving, por el cual sentía una doble admiración-animadversión y del que nos llegan reminiscencias quasi infernales en la persona del Conde y su modo de actuar. Según recogen las ediciones digitales de algunos medios, con la noticia del centenario de su muerte: "Stoker es un mal escritor que de repente crea una obra genial" (Rodrigo Fresán, citado por El País en su edición de hoy); "En cambio, creó el vampiro moderno. Solo por eso merece nuestro respeto" (Enrique Vila-Matas, ibídem).

Desde Fuera de Contexto queremos rendir homenaje a su figura mediante el siguiente proyecto, para el cual necesitamos 100 apoyos que nos permitan su financiación. El sistema de crowdfunding permite la creación de proyectos donde la participación es primordial para su puesta en marcha y posterior desarrollo, así como obtener una serie de ventajas conocidas como recompensas, en función del grado de implicación económica de cada usuario.


Sólo tienes que darnos tu voto en el siguiente enlace:

Votar es gratuito: después de que nos autoricen el proyecto, se iniciará la financiación por parte de los interesados que lo deseen. Esperamos poder conmemorar como se merece el primer centenario de la muerte de Bram Stoker, padre de uno de los mitos más importantes de nuestro tiempo.

Fuente: elaboración propia mediante la bibliografía consultada y mencionada en este artículo.
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15/4/12

Artes Escénicas: Drácula, de Vortice Dance

Cartel promocional de la obra, que estos días inicia su gira europea.
La compañía portuguesa Vortice Dance ofrecerá una gira internacional que comienza el día 18 de abril en Bolzano (Italia) y ya tiene fechas cerradas en España, concretamente el 17 de mayo en el Teatro Gayarre de Pamplona, y el 9 de junio en el Gran Teatro Falla de Cádiz.

Este nuevo Drácula mezcla el espectáculo teatral y la danza contemporánea a partir del texto de Bram Stoker, en un mundo de oscuridad y ensoñación, donde "todos somos seres volátiles, a menudo complejos y difíciles de llevar; carne y sangre que se entrelaza y permite el juego de la sumisión o la dominación. La carne es parte de nuestra propia naturaleza, pero también nuestra gran debilidad, que nos hace sucumbir a la tentación con relativa facilidad".

Un momento de la coreografía de este Drácula.
Para concebir su puesta en escena, los coreógrafos Cláudia Martins y Rafael Carriço recurren a numerosas fuentes, junto a la novela del escritor irlandés, surgiendo así nuevos personajes e ideas que conducen al espectador a un universo de horror completamente enigmático, fabuloso y repleto de imágenes oníricas. A través de la exploración de nuevos lenguajes, asistimos a una atmósfera mística, donde la alucinación, la pérdida o el sufrimiento reflejado en sus pesadillas atormenta a la princesa Elizabeth hasta el punto de precipitarse al río.

Drácula se convierte entonces en un personaje múltiple que adopta diferentes formas, rostros cambiantes y siluetas animales venidas del inframundo; en una criatura maligna arrastrada a la época actual mediante una contextualización crítica que describe -y explota- paralelismos entre el morbo, la perversión y la sensualidad, e incluso el amor más puro convertido en tragedia para derrumbar los cimientos del ser humano.

La tríada y su víctima.
Doce serán los bailarines que, bajo la dirección técnica de João Neves y música de Wojciech Kilar -quien ya compuso la banda sonora del film de Francis Ford Coppola-, o Philip Glass, entre otros, llevarán al escenario durante setenta minutos un nuevo ejercicio de decodificación visual y artística. Vortice Dance es una de las compañías de danza más jóvenes y prestigiosas del panorama nacional portugués. Desde 2001, año en que comienza su andadura, ha cosechado varios premios internacionales, así como el reconocimiento del público.

© Del texto y traducción: Fuera de Contexto.

10/4/12

The Reflecting Skin

La piel que brilla (The Reflecting Skin, 1990) es la ópera prima del inglés Philip Ridley, y cuenta la historia de un joven Seth Dove en el Idaho de los años '50. A buen seguro que el film no dejará indiferente a nadie, empezando por el nombre del protagonista, un chiquillo de unos diez años obsesionado con la existencia de los vampiros, que fija su atención en una mujer llamada Dolphin Blue. Tras el suicidio de su padre, el hermano de Seth regresa del ejército para entablar una relación con la enigmática Dolphin, lo que acentúa la idea de un peligro oculto, lascivo y grotesco, que acecha poco a poco a la frágil moralidad de una población predominantemente rural y un entorno implacable.


La película entreteje conceptos como el vampirismo y la religión, a través de las fantasías pre-adolescentes de un grupo de muchachos y de su personaje principal, la presencia de una madre inestable que aprueba implícitamente el abuso sexual o la sutileza en la narración de unos hechos que se nos presentan de puertas para afuera, meros espectadores del oscuro secreto que se cierne sobre las granjas y los campos de trigo de un Idaho idealizado, bañado por el sol y testigo mudo de secretos inconfesables. Así, el pequeño Seth deberá enfrentarse a una familia disfuncional, a un asesino de niños que anda suelto en los pueblos vecinos y por cuyos delitos será acusado el padre, con trágicas consecuencias, e incluso a la necrofilia.

El año de su estreno, La piel que brilla obtuvo varios galardones, entre ellos, el Leopardo de Plata en el Festival Internacional de Cine de Locarno, el premio a la mejor actriz y a la mejor cinematografía para Lindsay Duncan y Dick Pope, respectivamente, o el Fipresci, que otorga la Federación Internacional de Críticos de Cine.